Esta propuesta, que forma parte del itinerario formativo del nivel, busca propiciar un encuentro profundo con Dios Padre a través de su obra creadora, invitando a los jóvenes a descubrir su presencia en la belleza de la naturaleza y en la fraternidad compartida con sus compañeros.
Durante los días de caminatas, reflexiones y momentos comunitarios, los estudiantes vivieron una experiencia única, marcada por el esfuerzo, la superación personal y el compañerismo. El desafiante terreno de montaña fue también una oportunidad para valorar el trabajo en equipo, la solidaridad y la alegría de compartir fuera del ámbito escolar.
El viaje dejó huellas significativas en todos los participantes, fortaleciendo el sentido de comunidad y reafirmando el espíritu que anima nuestra propuesta educativa: educar desde la fe, en contacto con la vida y con la creación.